Este año el premio Pritzker recayó en el arquitecto chino Wang Shu. Yo no conocía mucho su trabajo, la verdad. A juzgar por las imagenes que he visto en el dossier, su arquitectura no está encasillada en ningún formalismo plástico, al contrario, parece que en su "Amateur Architecture Studio" el proceso creativo es suficientemente rico como para ofrecer soluciones muy variadas, algunas de ellas probablemente icónicas, pero diferentes entre sí. El trabajo se complementa con una elección de materiales y laboriosa conjugación de texturas que ofrece al visitante una experiencia que trasciende lo meramente geométrico. He dejado en este texto unos cuantos enlaces para que puedan saber más sobre el individuo, su trabajo y esta noticia.
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